Siempre es bueno tener una amplia variedad de panes al momento de hacer un fondue. Y lo más importante: Santa Helena Sauvignon Blanc, un vino intenso con gran expresión aromática y maduración lenta.
Todo tipo de panes: italiano, recubierto de sésamo, de grano entero, baguette, etc.
Preparación
Frotar el caquelón (caldereta) con un par de dientes de ajo dejando una fina capa sobre toda la superficie interior. Preparar quesos por separado.
Añadir el aceite aromático (cacho de cabra, ají rojo, merken, cebolla, etc.)
Poner el caquelón en el quemador a llama media. Si tienes prisa, añadir una taza de vino sauvignon blanc. Esperar hasta que esté a punto de hervir.
A continuación, añadir el queso. Es muy importante mezclar el queso bien en el caquelón mientras se está derritiendo. Usar una cuchara de madera y no dejar de mover el queso en un movimiento en forma de “8”.
Una vez que el queso se haya derretido, añadir un poco de salsa blanca a la mezcla, de forma gradual. Seguir haciendo movimientos en forma de “8” con energía, así el queso fundido recuperará su consistencia.
Con el queso fundido en ella, poner el caquelón en su quemador encendido y sobre la mesa que se utilizará para comer. Cortar los diferentes tipos de pan en cubos, tratando de dejar un poco de corteza en todos ellos.
Dejar el pan a mano. También puedes tener otros ingredientes para alternar el pan. Por ejemplo: pepinillos, cebollitas, trozos de salchichas, tomates cherry, trozos de manzana, pasas, ciruelas, trozos de pechuga de pollo o lo que sea que se te ocurra para sumergir en el queso fundido.